Los primeros simuladores aparecieron en los años 70 con pantallas básicas y sensores simples. En los 90, la tecnología digital trajo cámaras y mediciones más precisas, convirtiéndolos en una verdadera herramienta de entrenamiento.
Hoy, con sensores de alta velocidad y software 3D, los simuladores reproducen campos de golf de todo el mundo, permitiendo jugar, entrenar y competir en interiores con la misma emoción que en un campo real.